Trastornos paroxísticos no epilépticos en Pediatría
A. Hernández Fabián
Bol. Pediatr. 2017; 57 (240): 69 - 74
Los trastornos paroxísticos no epilépticos (TPNE) son procesos, en su mayor parte de carácter benigno, que suponen un motivo de consulta frecuente en Pediatría y que de forma habitual se atienden, e identifican, en las consultas de Atención Primaria o en los servicios de Urgencias. Se trata de un grupo muy heterogéneo, estos episodios se describen como eventos paroxísticos de aparición brusca, con semiología variada (sensorial, motora, autonómica, conductual) que remedan a una crisis epiléptica u otra patología neurológica. En ocasiones, el diagnóstico diferencial de esto procesos resultará complejo por la gran cantidad de fenómenos paroxísticos que están descritos y su semiología similar a la de entidades potencialmente graves. La importancia de estos fenómenos, por tanto, reside en la facilidad con la que pueden confundirse con otros procesos más graves, como por ejemplo la epilepsia o los trastornos del movimiento, lo que en algunos casos llevará a utilizar técnicas de diagnóstico complejas, costosas y realmente traumáticas para el paciente y la familia. Una adecuada orientación diagnóstica inicial reducirá la necesidad de estudios complementarios innecesarios, tratamientos inadecuados y el aumento de la ansiedad familiar. Dada su alta prevalencia, unas diez veces más elevada que las de las crisis epilépticas (10% frente al 1%), algunos autores recomiendan ante un paciente con episodios paroxísticos tratar de identificar primero el TPNE. La anamnesis es la mejor herramienta diagnóstica en estos casos, muy por encima incluso de pruebas como el EEG o la neuroimagen. El diagnóstico definitivo no siempre se realizará en las primeras consultas lo que nos obligará a mantener una actitud de vigilancia activa.
Non-epileptic paroxysmal disorders in Pediatrics
Non-epileptic paroxysmal events (PNEE) are processes, mostly of a benign nature, which are a reason for frequent consultation in pediatrics rooms and are routinely are usually identified in Primary Care or Emergency services.. It is a very heterogeneous group, which are described as paroxystic events of sudden appearance, with varied semiology (sensory, motor, autonomic, behavioral) that mimic epileptic seizures or other neurological patholog. Sometimes the differential diagnosis of these processes will be complex because of the large number of paroxysmal phenomena that are described and their semiology similar to that of potentially serious entities. The importance of these phenomena, therefore, lies in the ease with which we can confuse them with other more serious processes, such as epilepsy or movement disorders, which in some cases will lead to the use of complex, costly and complex diagnostic techniques. really traumatic for the patient and the family. Adequate initial diagnostic guidance will reduce the need for unnecessary complementary studies, inadequate treatment, and increased family anxiety. Given their high prevalence, about ten times higher than those of epileptic seizures (10% vs 1%), some authors recommend that a patient with paroxysmal episodes first try to identify PNEE. The anamnesis is the best diagnostic tool in these cases, well above even tests such as EEG or neuroimaging. The definitive diagnosis will not always be made in the first consultations, which will force us to aintain an active vigilance attitude.
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